Recursos de fe para este lunes 2 de julio

Foto: Pixabay.
Angeles

(Contenido facilitado por www.diocesisdesincelejo.org)

Palabra del día

Lunes de la XIII semana del Tiempo Ordinario. Año II

Primera lectura

Lectura de la profecía de Amós (2,6-10.13-16):

Así dice el Señor: «A Israel, por tres delitos y por el cuarto, no le perdonaré: porque venden al inocente por dinero y al pobre por un par de sandalias; revuelcan en el polvo al desvalido y tuercen el proceso del indigente. Padre e hijo van juntos a una mujer, profanando mi santo nombre; se acuestan sobre ropas dejadas en fianza, junto a cualquier altar, beben vino de multas en el templo de su Dios. Yo destruí a los amorreos al llegar ellos; eran altos como cedros, fuertes como encinas; destruí arriba el fruto, abajo la raíz. Yo os saqué de Egipto, os conduje por el desierto cuarenta años, para que conquistarais el país amorreo. Pues mirad, yo os aplastaré en el suelo, como un carro cargado de gavillas; el más veloz no logrará huir, el más fuerte no sacará fuerzas, el soldado no salvará la vida; el arquero no resistirá, el más ágil no se salvará, el jinete no salvará la vida; el más valiente entre los soldados huirá desnudo aquel día.» Oráculo del Señor.

Palabra de Dios

Salmo

Sal 49

R/. Atención, los que olvidáis a Dios

«¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos?» R/.

«Cuando ves un ladrón, corres con él;
te mezclas con los adúlteros;
sueltas tu lengua para el mal,
tu boca urde el engaño.» R/.

«Te sientas a hablar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu madre;
esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.» R/.

«Atención, los que olvidáis a Dios,
no sea que os destroce sin remedio.
El que me ofrece acción de gracias,
ése me honra;al que sigue buen camino
le haré ver la salvación de Dios.» R/.

Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,18-22):

En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla. Se le acercó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.»
Otro, que era discípulo, le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.»
Jesús le replicó: «Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos.»

Palabra del Señor


Reflexión de la Palabra

Lunes de la XIII semana del Tiempo Ordinario. Año II.
¿Qué hacía el Señor mientras los reyes abusaban de su poder, y la corrupción campeaba en todo el pueblo, tanto en el reino del norte como en el del sur?
Los relatos del ministerio de los profetas que siguen van a responder. Primero se presenta Amós, ganadero del sur, quien, sin haber sido profeta ni miembro de una comunidad de profetas, fue llamado por el Señor a profetizar en el norte. En su visión, el Señor es Dios de todos los pueblos, y juzga y condena la iniquidad de cualquier pueblo. Recurre al lenguaje del «castigo», que no se entiende como hoy, unívocamente, aunque todavía hoy muchos sedicentes creyentes usen este término de forma ambigua, anacrónica y contradictoria.
Ejerció su ministerio en el norte (Israel) y en tiempos de Jeroboán II (786-746), en tanto que en el sur (Judá) reinaba Ozías (743-742). Asiria es la potencia militar del momento.
Am 2,6-10.13-16.
El libro comienza con oráculos contra seis naciones paganas, sigue con Judá y termina con Israel. Esto debió de provocar la ira de sus oyentes, acostumbrados a que este tipo de oráculos tuviera solo por destinatarias a «las naciones». Sentirse igualados con ellas les resultaría intolerable.
A este le señala cuatro injusticias (vv. 6-10):
1. La explotación de los pobres: «venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias».
2. La opresión de los humildes: «pisan contra el polvo da la tierra la cabeza de los débiles…».
3. La inmoralidad en la familia: «hijo y padre acuden a la misma doncella…».
4. La legalización del crimen: «se acuestan sobre ropas empeñadas junto a cualquier altar…».
Esto último es tanto más grave cuanto rebajan al Señor a la condición de ídolo y lo convierten en cómplice de sus injusticias (cf. Ex 22,25; Si 34,20b).
Les echa en cara no tener en cuenta que:
• por igual conducta perecieron los amorreos, a pesar de su fortaleza,
• él los sacó de Egipto y los llevó a la tierra que perdieron los amorreos,
• él suscitó profetas y consagrados en medio de ellos (v. 11, omitido),
• ellos corrompieron a los nazireos, y silenciaron a los profetas (v. 12, omitido)
Por eso les anuncia el castigo demoledor (vv. 13-16):
• vendrá la guerra a causa del pecado del pueblo,
• sus esfuerzos por escapar serán del todo inútiles,
• sufrirán una vergonzosa derrota a manos de sus enemigos.
Si los israelitas consideran que el Señor es parcial y tolera sus pecados en razón de la alianza con ellos, el profeta los desengaña haciéndoles ver que él no tolera la injusticia ni es cómplice del injusto, sea de la nación que sea. Esto no resulta de buen recibo entre quienes ven a Dios como un protector incondicional. Y el profeta tendrá problemas con ellos.
Hoy también hay sedicentes creyentes que piensan que por declararse tales ya tienen patente de corso para hacer y deshacer a su antojo, sin tener que rendir cuentas de su conducta. Les bastan sus prácticas piadosas –aunque cometan las más flagrantes injusticias– para pensar que «el que peca y reza empata». Esta hipocresía tiene sus desastrosas consecuencias, no como venganza de Dios, sino como resultado de engañar en su nombre y de dejarse engañar por falsos portavoces suyos. El pueblo de Dios tiene derecho a discernir lo que escucha y el deber de hacerlo.
Comulgar con el Señor solo es verdad si con la eucaristía se da la transformación consciente de la propia vida para ser y actuar en comunión con él. La eucaristía no es simplemente devoción, es sacramento de fe, «el sacramento de nuestra fe». Así se verifica la nueva alianza, nuestra nueva relación con él.
Feliz lunes.

 

Adalberto Sierra Severiche, Pbro. 
Vicario general de la Diócesis de Sincelejo
Párroco en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro → Fan page 

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