«Quedamos con muy pocas ganas de seguir entregando ayudas humanitarias»

Angeles

Dos de las inquietudes a las que respondió el gobernador Héctor Espinosa Oliver durante el diálogo ciudadano que transmitió el sábado a través de Facebook tienen que ver con la entrega de más mercados a familias vulnerables.


«¿Será posible una segunda entrega de ayudas humanitarias a las familias del departamento?», fue una de las preguntas.

La respuesta del mandatario fue la siguiente (la encuentras en audio al final):

Muy complicado, muy complicado. Aquí todos los alcaldes y el gobernador iniciaron con muchos bríos a entregar ayudas humanitarias y esto se ha vuelto una dificultad muy grande para las administraciones. El Gobierno nacional también ha hecho unos esfuerzos con el tema de ingreso solidario, con la devolución de IVA, reforzando el subsidio de Familias en Acción.

No me puedo comprometer a entregar nuevos mercados, hicimos un enorme esfuerzo económico, va a generar dificultades muy complejas, es una actividad compleja porque tienes que comprar, el que vende más barato, no te vende. Por ejemplo, en mi caso, Justo y Bueno, Olímpica, D1, Éxito, me dijeron no me podían vender, me tocó salir a los proveedores regionales, los proveedores regionales tenían conato de desabastecimiento y tenían otros precios. Compramos a los precios que había en el mercado de los proveedores regionales, luego, tres días después, sale una reglamentación de que se regula el mercado por el Dane. Ajustamos los precios a los del Dane, los proveedores dicen que pierden dinero, dijimos que no éramos capaces de pagar más de eso porque el mercado estaba regulado.

Después se preparan los mercados, se llevan hasta los municipios se entregan a los alcaldes, se les entregan los listados que manda Planeación Nacional, los alcaldes se complican porque los listados que manda Planeación no coinciden con la realidad del municipio muchas veces, mucha gente que no lo necesita sí está en los listados y otra que sí no está. Empiezan los enemigos políticos en los pueblos a atacarlos, que se están robando los mercados, que están entregando a los que no los necesitan. Vienen los órganos de control, en fin, es supremamente complejo, es una actividad muy bonita desde el punto de vista social, pero demasiado completo para la administración pública y pone mucho en riesgo a los alcaldes y a todos los administradores en general. Realmente quedamos con muy pocas ganas de seguir entregando ayudas humanitarias, no porque no entendamos la situación de la gente, sino porque nos ha generado muchos problemas.

La segunda inquietud sobre ese asunto fue la siguiente:

«Si hacen las contrataciones como debe de ser, no hay por qué temer. Por miedo no pueden poner a la gente a aguantar hambre».

Esta fue la respuesta del gobernador (el audio lo encuentras al final):

A ver… les voy a poner este ejemplo: un contrato en el Estado demora hacerlo como cuatro o cinco meses, hay que hacer unos estudios de mercado, hay que preparar toda la documentación previa, hay que garantizar condiciones de idoneidad de las personas que se presentan a participar por el contrato, hay que estructurar muy bien los proyectos. Digamos, el Estado tiene una cantidad de requisitos, comprar para el Estado es muy difícil. Y uno ordinariamente demora tres, cuatro meses para poder comprar. ¿Cuánto demora una mujer alistándose, poniéndose bien linda para un matrimonio? Dos horas, tres horas, hay unas que demoran dos días, pero normalmente dos o tres horas. Hay unas que demoran toda la tarde, toda la mañana. Y si el matrimonio es temprano porque toca levantarse a las 3:00 de la mañana a alistarse. En este tema es como si te dijeran: ‘Tenemos el matrimonio a las 7:00 de la noche, son las 7 menos cinco y tienes que estar impecable en 7 minutos’. Es muy difícil, muy difícil, muy difícil.

Entonces, eso ha metido en dificultades a muchos alcaldes y a mi persona también, nos han puesto a entregarles explicaciones a los órganos de control, hemos sido sometidos a un escarnio público, nos han tratado de ratas, de ladrones, de una cantidad de cosas injustas, pero estamos aquí en este oficio en que tenemos que aguantar todo ese tipo de cosas porque eso hace parte un poco de este ejercicio de lo público y eso, la actitud de los órganos de control, ha llenado de miedo a los ordenadores de gasto, a los alcaldes a los gobernadores y a todos, no solamente en el nivel municipal y en el nivel departamental, sino también en el nivel nacional donde hay miedo para comprar, hay un miedo generalizado para comprar.

Conseguir que un funcionario le firme a uno un documento es súper difícil, conseguir que un funcionario se le mida a supervisar un proyecto es súper difícil, de comidas, más. Conseguir que un funcionario, eso no… digamos, no es un tema fácil, estoy siendo absolutamente honesto, creo que aquí no hay ningún alcalde, ningún gobernador, ni siquiera el Gobierno nacional se atreven a comprar un mercado más.

Miren que los mercados que entregó el Gobierno nacional los compró la Unidad de Gestión del Riesgo, creo que ese proceso lo hicieron con transparencia, tiene 90 y pico investigaciones el director de la Unidad del Riesgo, lo han sometido a un escarnio público, lo han tratado de ladrón, de todo y se paró la entrega de mercados por parte del Gobierno nacional.

No se atreven a comprar, lo mismo viene pasando en todas partes, casi todos los alcaldes señalados investigados, de 26 alcaldes que tiene Sucre, 20 alcaldes investigados, señalados, los contradictores políticos felices con la tragedia colectiva y eso hoy es muy difícil que alguien compre un mercado, muy complejo comprar un mercado es difícil, entregarlo también es difícil porque la entrega, primero, se corre el riesgo de contagio, la entrega es masiva. Segundo, si entregas en una casa y en la otra no es un problema, el listado te dice que puedes entregar en una casa sí y en otra no, porque es el listado que mandan del Gobierno, de priorizados. Todo es complejo, están los alcaldes llenos de acusaciones, de desgaste, y sé que es la cosa más sentida que hay en la comunidad, para uno exigirle a la gente que se comporte bien, que se quede en casa, debe darle comida, sobre todo a los más pobres y a la llamada pobreza oculta también, pero hoy no hay quién se la mida a eso. Esperemos a ver si se logran morigerar los temores en el futuro.

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