El pasado 16 de febrero, el alcalde de Sincelejo se defendió públicamente, vía teleconferencia, ante el Consejo Nacional Electoral, del proceso de revocatoria del mandato que promueve en su contra el movimiento Sincelejo Revoca la Corrupción.
Entre los muchos aspectos que destacó de su gestión para contrarrestar los argumentos del comité promotor de la revocatoria, que reprueba su gobierno, estuvo uno de latente necesidad para la capital sucreña: el regreso del servicio de transporte público colectivo.
En el casco urbano de Sincelejo no hay un solo vehículo que preste ese servicio, y es una deuda histórica de las Administraciones públicas. Hoy es un servicio más que necesario porque el precio de un pasaje en moto oscila entre 2.000 y 3.000 pesos. Adicionalmente, porque las motos tienen prohibido el acceso al Centro, adonde los usuarios sí podían entrar mediante las busetas.
Para cubrir la falta de transporte público, el alcalde aseguró ante los magistrados del CNE que en este mes que acaba de terminar iba a conceder la licencia para la operatividad del transporte en la ciudad. Y añadió:
«Gestiones importantes que se han venido haciendo con diferentes consultores, definiendo las rutas, la capacidad transportadora, el parque automotor, la cofinanciación del sistema. En ese trabajo estamos y tenemos la convicción de que el mes de junio debemos estar nosotros con un transporte público en la ciudad«.
Mira el video aquí:
Pasó junio y aunque, como lo evidenció en las imágenes que aportó en su presentación de diapositivas en esa audiencia, sí hubo avances en la socialización del Sistema Estratégico de Transporte Público con actores interesados, lo cierto es que la ciudad sigue sin transporte público colectivo.
Y este miércoles, 30 de junio, la Alcaldía recordó que los jueves son sin parrillero. Una medida que está solo en el papel porque, en la práctica, esta no se cumple del todo, como tampoco se está cumpliendo cabalmente lo del ingreso de las motos al Centro, pues hay escasa y a veces nula presencia de autoridades de tránsito –sean de la Secretaría (cuyos agentes se cuentan con los dedos de la mano) o de la Policía– en esa zona.
La Policía, encargada de hacer cumplir las órdenes de su jefe natural, el alcalde, parece haber entendido la necesidad de movilidad de la ciudadanía, pues a la vista de muchas patrullas no hay control sobre los parrilleros el día que está prohibido.
Al momento de escrito este informe, la Alcaldía no se había referido a la «convicción» del alcalde de que regresaran las busetas a Sincelejo, solo a la medida restrictiva de la movilidad, los jueves sin parrillero, pero sin alternativa para quienes no tienen moto y tampoco pueden pagar un taxi.
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Las únicas busetas que ruedan por Sincelejo son las de los corregimientos de La Arena (Transvaticano) y Chochó (P y F); las primeras, de aceptable condición, brindan un servicio continuo en un horario hábil, mientras que las segundas, ya con el visible desgaste por el trajín de traen los años, siguen siendo modernas y también cumplen un horario específico.
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