(Contenido facilitado por www.diocesisdesincelejo.org)
Palabra del día
Lunes de la XXV semana del Tiempo Ordinario. Año II
Color verde
Primera lectura
Hijo mío, no niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano hacérselo. Si tienes, no digas al prójimo: «Anda, vete; mañana te lo daré.» No trames daños contra tu prójimo, mientras él vive confiado contigo; no pleitees con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño; no envidies al violento, ni sigas su camino; porque el Señor aborrece al perverso, pero se confía a los hombres rectos; el Señor maldice la casa del malvado y bendice la morada del honrado; se burla de los burlones y concede su favor a los humildes; otorga honores a los sensatos y reserva baldón para los necios.
Palabra de Dios
Salmo
R/. El justo habitará en tu monte santo, Señor
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R/.
El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R/.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R/.
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener.»
Palabra del Señor
Lunes de la XXV semana del Tiempo Ordinario. Año II.
Después de meditar en los orígenes y el destino de la monarquía en Israel, y en los orígenes de las comunidades cristianas, vamos ahora a meditar en la sabiduría de Israel. «Sabiduría» es experiencia de vida que se transmite a quien quiere aprender a vivir y convivir. Es una oferta de sensatez. Quienes la divulgan son «sabios», quienes la reciben, «sensatos», y quienes la rechazan, «necios» o «insensatos». Hay cinco libros de sabiduría: Proverbios, Job, Eclesiastés (o Qohélet), Eclesiástico (o Sirácida) y Sabiduría.
El libro de los proverbios está destinado a la enseñanza. Un proverbio (hebreo מָשָׁל) es un dicho popular que, labrado retóricamente por los sabios, se transmite de forma didáctica como norma de vida y de convivencia. El referente cardinal de los proverbios en Israel es la alianza. La Ley es criterio de vida y de convivencia conforme a la alianza con el Señor.
Pr 3,27-34.
El texto de hoy tiene dos partes: una serie de seis prohibiciones y una motivación desarrollada.
1. Seis prohibiciones.
La cifra seis simboliza una enumeración incompleta, pero suficiente como indicio de lo que se quiere ejemplificar. Aquí están las razones de esas prohibiciones:
• El que niega un favor se aparta del ejemplo del Señor (יהוה: el Dios del éxodo), que no niega su favor (cf. Sl 84,12; Si 4,1-6).
• El que dilata la concesión del favor, no es compasivo como su Señor (cf. Ex 22,25); los alivios básicos no se pueden aplazar.
• El que trama daños contra su prójimo procede con alevosía y premeditación, porque abusa de la confianza del prójimo (cf. Pr 12,20; 14,22).
• El que pleitea sin motivo, sin haber sido perjudicado, comete una injusticia en contra de su prójimo (cf. Pr 17,14; 20,3).
• El que envidia al violento lo hace porque lo considera exitoso, no porque apruebe la violencia, pero cae en una trampa (cf. Sl 73,2-3.15).
• El que escoge los caminos del violento se vuelve su imitador y «discípulo», pero puede llegar a ser un día como él (cf. Pr 24,29) y hasta víctima suya.
2. Motivación de las prohibiciones.
Con cuatro antítesis se remite a la sanción del Señor (el Dios de la alianza). Con sendos nombres opone las actitudes humanas a favor o en contra de la justicia. Y manifiesta la censura de Dios al que opta por la injusticia en términos de «castigo», así como su aprobación al que opta por la justicia, y su apoyo al que es víctima de la injusticia.
• El aborrecimiento del Señor es desaprobación de lo injusto en oposición a su beneplácito por lo justo (cf. Pr 11,1; 12,22; 15,8).
• La maldición es negación de vida o apoyo, así como la bendición es infusión de vida y garantía de supervivencia (cf. Zac 5,3-4; Sl 37,22).
• La burla de Dios expresa el aspecto social del «castigo»: porque los burlones amargan a los oprimidos, Dios hace fracasar a los burlones (cf. Is 29,19-21; Sl 37,12-13).
• En suma: El honor es para los sensatos y el deshonor para los necios.
Hay que señalar el origen popular de los proverbios. Es la fe del pueblo hecha cultura y expresada en forma de criterios de vida y de convivencia. El trabajo de los sabios es valioso sin duda, pero posterior, y tiende a darle carácter permanente a la sabiduría que la relación (alianza) con Dios hace brotar en el pueblo.
Los cristianos estamos en mora de construir nuestro propio libro de proverbios. En el refranero popular hay auténticas piedras preciosas que requieren pensadores sabios que las pulan para que sirvan de estímulo a la fe y a la creatividad del creyente sencillo, que con frases lapidarias expresa un pensamiento profundo, nacido de su alma creyente. Y esto es más urgente de lo que parece, las necesidades de la evangelización lo exigen, y porque en la sociedad de los lemas hacen carrera pensamientos contrarios a la fe, que se incrustan en la mente de los creyentes y los desorientan o los desvían del camino del Señor.
La comunión sacramental con el Señor estimula esta comunión «intelectual» e impulsa la creación de pensamiento y forja una nueva cultura, fermentada por la levadura de la buena nueva.
Feliz lunes.
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