La Mesa Sucreña por la Paz expresó este miércoles, 12 de enero, su preocupación por la «espiral alcista» de homicidios en Sucre que ya deja 13 víctimas y que se suma a las 231 de 2021, un registro mayor al de las peores épocas del conflicto armado.
La organización de la sociedad civil llamó la atención por el posicionamiento de la capital sucreña como una de las más violentas del país, «superando a Medellín y otras capitales en indicadores de número de asesinatos por cada 100.000 habitantes».
«Sin que ello perturbe a las autoridades civiles, policivas y militares, estamos frente a un deterioro creciente de la convivencia, la paz y la seguridad en momentos en que nos aprestamos a afrontar un nuevo debate electoral», es el encabezado de un pronunciamiento de la Mesa, conformada por 22 organizaciones sociales de base.
Para la Mesa, fuerzas y grupos armados al margen de la ley ocupan diferentes territorios y están operando de diferentes formas.
«En algunos casos de manera abierta y preanunciada en panfletos y grafitis donde se amenazan personas, moradores, líderes y lideresas sociales, en señal de presencia y control territorial, sin respuesta de las autoridades pertinentes», considera la organización, que también se preocupa porque los Montes de María «vuelven a ser escenario de violencia y presencia activa de grupos armados ilegales, como lo demuestran los crímenes y [el] feminicidio cometidos en los municipios de Ovejas, San Onofre y Colosó».
Esas condiciones, según la Mesa, no ofrecen garantías para que las víctimas del conflicto armado que aspiran a ocupar una curul de paz en la Cámara de Representantes por Montes de María porque no hay libertad para la campaña y en cambio sí hay temores por la presión de los grupos sobre votantes y aspirantes.
La racha violenta, al decir de la organización, amerita que se haga una causa común para generar procesos comunitarios de prevención de hechos violentos, y que las autoridades adopten un plan de prevención y combate a los grupos armados ilegales y la captura de los perpetradores de crímenes para superar la «impunidad galopante».
Otra propuesta es que sean activados y dinamizados los consejos territoriales de paz y convivencia y las mesas de garantías para defensores de derechos humanos y líderes sociales.
En el caso de las curules de paz, sugiere diseñar un plan de acompañamiento y protección a los aspirantes y que haya un control a la ruralidad de Montes de María por parte de la Armada.
No a las corralejas
El pronunciamiento de la Mesa también dedica un llamado al alcalde de Sincelejo para que, teniendo en cuenta los índices de violencia en la capital, desista de su empeño por revivir las corralejas y opte por eventos y actos festivos que no arriesguen la vida humana y animal.
«Los derechos humanos, la dignidad de las personas y el respeto por lo otro (recursos bióticos, vegetales y animales) son la esencia de la sociedad civilizada. Sincelejo debe transitar hacia allá, y mucho menos en estos tiempos de pandemia tienen pertinencia este tipo de eventos festivos», señala.
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