Veinticinco años después de haber estado en Sincelejo como parte de un torneo infantil, Yaneth María Arias Acosta regresó como inspiración de los jóvenes y de quienes ven en el basquetbol un proyecto de vida o el deporte de sus sueños.
La cita fue en el coliseo menor de Mochila, donde, pese a ser la capitana de la Selección Colombia Femenina de Basquetbol, llegó con humildad, pero no desapaercibida.
Sus 1.81 centímetros de estatura y la camiseta del Comité Olímpico Colombiano, la hacen imponente y revelan su rol protagónico en el deporte.
El deporte del balón naranja no es su única pasión, también es ingeniera industrial y especialista en Gerencia de Proyectos.
Oriunda de Barranquilla, volvió a Sincelejo por invitación de la Fundación Pata de Agua y acompañada por las promesas del basquet Mateo Noguera y Valeria Orellano.
Exhibieron los ejercicios básicos y clave de su deporte y con ello quisieron impulsar la práctica de este, más que todo en la rama femenina.
De 38 años, espera que la semilla que ha dejado en Europa y América, pero más que nada en su país, germinen y den nuevos frutos que superen el nivel que ella ha alcanzado.
De la capital sucreña recuerda a Nilson Santís, hijo del barrio Mochila, y entrenador de promesas desde el equipo Caribe.
El sueño más próximo de Yaneth es crear la Liga Profesional de Baloncesto Femenino y profesionalizar aún más esta disciplina.
«Los mayores logros que ha tenido Colombia en este deporte se lo ha dado la rama femenina, algo muy gratificante, aunque el apoyo ha sido poco», reconoció.
Y es que Colombia tiene oro en ese deporte en los Centroamericanos del Caribe 2018 en Barranquilla, así como medallas de plata y de bronce en los Suramericanos, y un título Odesur.
«A pesar del poco apoyo que nos han brindado, en estos momentos el baloncesto femenino de Colombia se ubica en el quinto lugar del ranking del continente americano y en el puesto 39 del mundo. Creo que merecemos un mejor respaldo para seguir creciendo», añoró.
Sus logros
Yaneth ha sido campeona en Austria, España, Brasil y Ecuador, y fue la jugadora más valiosa de la temporada 2007-2008 en Austria.
“A mí el baloncesto me lo ha dado todo, me dio la oportunidad de estudiar una carrera académica y los contactos para poder trabajar, además de ser inspiración de las niñas que quieren llegar a jugar a nivel profesional», compartió.
Con o sin apoyo, su llamado a las basquetbolistas de Sucre es a no renunciar, a que entrenen por convicción y que se diviertan, porque este deporte solo necesita la cancha, las piernas, la voluntad y la mente. «Lo demás llegará pronto», confió.
“Es muy difícil salir y luchar sin tener físico y la técnica, por eso lo primordial es no dejar de prepararnos, haya o no torneos. No permitan que el sistema las saque, pues pareciera que esa es su meta; aburrirnos con su falta de interés en apoyarnos», concluyó.
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