El mensaje de Verónica Machado, primera vacunada en el país contra la covid-19, se sintió bien después de le aplicaran el biológico. Y hay que anotarlo, porque ella desconoce qué lleva a muchos a dudar de vacunarse (mira la entrevista al final).
Ese fue su principal mensaje después de que, en el segundo piso del Hospital Universitario de Sincelejo, inaugurara el plan nacional de vacunación en presencia del presidente Iván Duque.
Ha tenido tantas entrevistas antes y después de ser vacunada que, en las próximas horas, podrá abstraerse un poco de la inesperada fama que le sobrevino con su elección para este acontecimiento histórico.
Pero su extenuante jornada de los últimos días no le impide explicar lo que siente y mostrar orgullosa su certificado de vacunación y un escudo de metal que le otorgó la Presidencia de la República por su labor.
«Fue algo muy sencillo, muy coordinado, muy organizado, todo se dio perfecto. ¿Cómo me siento? Estoy tranquila, feliz. Para mí es un honor que me hayan escogido como personal de la salud que está en primera línea. En el momento de la vacunación tuve sentimientos encontrados, la verdad, una emoción que me embargaba, no sabía cómo describirlo, los ojos se me nublaron en el momento. Pero dándole gracias a Dios porque esto es una bendición para todo el personal de la salud, para todo un pueblo, para todo un departamento porque esto es el símbolo de seguridad que significa reactivación, de esperanza para todos nosotros los colombianos», fue su reacción.
Esta profesional de 46 años, madre de una joven estudiante de Derecho, reitera que solo sintió el dolor que genera cualquier vacuna y un ardorsito pasajero.
«El brazo sí lo siento un poquito que me duele, pero es un dolor normal después de una aplicación de una inyección», añadió.
Machado señaló que el temor procede de malos comentarios y mala información, pero insistió en que ella está tranquila, contenta y feliz.
«Colocarme la vacuna no significa que la pandemia terminó, que esto ya pasó. No. Al contrario, tenemos que seguir protegiéndonos, utilizando todos los elementos de protección personal, todos los lineamientos del Ministerio y hasta que todo esto haya pasado nos darán directrices de que ya nos tenemos que quitar el tapaboca. Si embargo, todos los que hacemos parte del personal de salud, siempre que estamos laborando es un símbolo de protección», precisó.
Verónica no hizo nada diferente antes de ponerse la vacuna, se bañó, desayunó y fue a laborar.
La otra esperanza
Verónica no ha sido diagnosticada con covid-19 y espera seguir así de saludable. Otra de sus esperanzas es que el foco del Gobierno sobre Sincelejo no se aleje y haya solución a otros problemas. Uno de ellos, el salarial, que todos sus compañeros reciban el pago de sus salarios que les deben hace meses.
Del tema habló poco, pero su expresión decía que es un anhelo que el mérito del Hospital ser el piloto de vacunación vaya acompañada de soluciones.
La primera vacunadora
A la par con la de Verónica está la historia de Angélica Narváez, quien lleva 18 años de servicio en el Hospital. Su trabajo en el área de vacunación la llevó a ser escogida para tener la responsabilidad de aplicar la primera vacuna en el país.
Conserva el primer frasco utilizado y, al igual que Verónica, sostiene que el procedimiento es seguro.
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