La Iglesia crea entornos protectores para niños de escasos recursos de Sincelejo y Tolú

Monseñor José Clavijo Méndez, obispo de Sincelejo, con los niños beneficiarios.
Angeles

Monseñor José Clavijo Méndez, obispo de Sincelejo, entregó este miércoles 27 de junio un informe del proyecto Fomento a la Paz y la Reconciliación, que desarrolla el Secretariado Diocesano de Pastoral Social/Diakonía de la Paz, con 200 niños de escasos recursos de Sincelejo y Tolú.

El prelado explicó que se trata de un proyecto financiado por Misereor, obra episcopal de la Iglesia católica en Alemania, con el que un grupo de agentes pastorales de la Diócesis de Sincelejo, trabaja en la construcción de entornos protectores.

Se trata de prevenir que, por la vulnerabilidad en que ellos y sus familias viven, los menores no caigan en las drogas ni en círculos de violencia.

“Ojalá, con la experiencia que tenemos, los municipios también ayudaran a que este programa se siga desarrollando. Es un llamado, no podemos solucionar todos los problemas que hay, pero ponemos un granito de arena, tratando de buscar soluciones reales y eficaces a tanta problemática que hay en ciertos ambientes”, sostuvo.

El prelado pidió a los municipios que se comprometan cada vez más con el bienestar de los menores, en especial los que viven en condiciones de vulnerabilidad, para que ni la violencia ni la drogadicción los afecten.

“Es prevenir, por eso el programa involucra a los papás, las juntas de acción comunal, de modo que sea algo en lo que todos tengamos algún aporte, y bregamos por eso. Bregamos por que las autoridades, donde es posible, se involucren también con los programas que tienen para la infancia. No es solamente tomar a los niños y decir que hay este mal, sino tratar de involucrar a todos para que los niños crezcan en ambientes lo más protegidos posible”, señaló.

Los avances

Vianis Martínez, beneficiaria del programa, contó que gracias a la intervención social de la Diakonía de la Paz, su hijo ha mejorado sus habilidades comunicativas y la expresión de sus sentimientos y comportamientos.

Él tiene 10 años y “era retraído y quieto”, actitudes que ha superado mediante el trabajo social del proyecto de la Diakonía de la Paz.

“Estamos rodeados de cosas muy negativas, pero él es muy consciente de cómo es el comportamiento de una persona que quiere acercarse a él para ofrecerle cosas malas. Él ha visto eso. Por su forma de hablar, me dice que las conoce y sabe qué no se debe hacer. Me dice que quiere se presidente o alcalde”, relató sonriente.

Érika López Correa, coordinadora del proyecto, que se desarrolla con el apoyo financiero del cooperante Misereor, obra de la Iglesia católica en Alemania, explicó que el principal objetivo de “Entornos Protectores” es que los niños aprendan a cuidarse a sí mismos y a diferenciar las buenas y malas intenciones de quienes se les acercan.

Fomento fue desarrollado inicialmente por la inquietud del padre Gregorio Arévalo Pérez, anterior párroco de la comunidad de Jesús Buen Pastor, en La Gran Colombia, quien investigó y elaboró el proyecto para presentarlo al cooperante.

 

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