En la historia del municipio de Toluviejo quedará escrito que, aunque es un pueblo reconocido porque muchos de los suyos explotan la piedra caliza, su gente tienen un corazón que para nada le hace honor al duro mineral.
Y es que este jueves, 14 de octubre, con dolor, pero sin resentimientos, los familiares de los 11 jóvenes asesinados por la Fuerza de Tarea Conjunta, unidad que comandaba desde Sincé el destituido oficial, lo escucharon atentamente en un acto de reconocimiento sobre esos hechos.
El acontecimiento, vivido en Sincelejo, también contó con la presencia de organizaciones no gubernamentales nacionales, internacionales e instituciones oficiales que valoraron la iniciativa de Borja por limpiar el nombre de las víctimas.
Borja recalcó que «no eran guerrilleros, que no eran bandidos, que no eran delincuentes. Eran hombres de bien, trabajadores, que luchaban por salir adelante en una Colombia que no ofrece oportunidades».
«Los engañamos y asesinamos. Ustedes llevan un dolor muy grande y yo también lo llevo», dijo a las madres, padres, hermanos, abuelas, esposas e hijos de los asesinados.
Los homicidios, ocurridos entre junio y agosto de 2007, fueron el capítulo sucreño de un cruel retrato de la violencia de Estado en Colombia, de la que Borja señaló no obedeció a manzanas podridas sino a «sacos» que hay en la fuerza pública.
En el acto estuvieron Carlos y Luisa, dos de los hijos de los asesinados, quienes pidieron que estos casos nunca se vuelvan a repetir.
«Que los niños no crezcan sin sus padres y que ningún padre muera sin conocer a sus hijos”, sostuvieron, al recordar que ellos fueron víctimas desde el viente de su madre, pues tenían 3 y 4 meses de gestación.
El coronel pidió a las víctimas que lo perdonen.
La comisionada de la verdad Marta Ruiz fue una de las representantes de esa institución presentes en el acto, que fue denominado «Toluviejo, once historias de vida en la ruta de la verdad».
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