Un rosario de quejas, críticas y hasta burlas en redes sociales ha generado el contenido de las pruebas escritas dentro del proceso de selección 1461 de 2020, organizado por la Comisión Nacional del Servicio Civil (CNSC).
El examen fue diseñado para proveer cargos en la Unidad Administrativa Especial de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (UAE Dian), aplicado el lunes festivo 5 de julio en el territorio nacional.
Las quejas van, desde errores de redacción hasta planteamientos de casos situacionales al parecer confusos, “lo que indujo al error a más de un participante”, señaló una aspirante admitida a esta fase del proceso de selección y que prefirió reserva de su identidad, teniendo en cuenta que la prueba no ha sido calificada.
Una queja generalizada para quienes se inscribieron a cargos de procesos misionales TACI (Tributarias, Aduaneras, Cambiarias e Internacional), gira en torno a lo que sería un desbalance o inequidad en los temas planteados en la prueba.
¿Cómo es eso? El examen estuvo conformado por 198 preguntas, distribuidas en 4 pruebas así: prueba de competencias básicas u organizacionales, prueba de competencias funcionales, prueba conductual o interpersonal, y prueba de integridad.
El “tiro” en este asunto está en ganar la primera, la de competencias básicas. Para el caso de los misionales esta es eliminatoria y las otras clasificatorias. La otra prueba eliminatoria es el famoso curso de formación o curso concurso, dado el caso que el participante supere el examen escrito de la fase 1.
El común denominador para los que aspiran a ocupar una vacante en los cargos misionales es que la gran mayoría de las preguntas estuvieron enfocadas a funciones aduaneras y cambiarias, dejando una mínima porción a la parte tributaria.
Dirá el lector que esta pieza periodística carece de fundamento por no tener una fuente clara, pero no son rumores. Quien redacta esta nota también hizo el examen, pues me inscribí para ocupar un cargo en el área administrativa y financiera, un Gestor I.
Al salir de la prueba escuché la andanada de comentarios, reclamos, intercambio de experiencias, como se quiera llamar. Al final, se convirtieron en la materia prima de este artículo.
Se debe clarificar que el método o formato utilizado por los centros de educación superior contratados para elaborar las preguntas (Fundación Universitaria del Área Andina y la Universidad Sergio Arboleda) fue el del juicio situacional; es decir, que tiene como característica que se deriva de un caso, frente al que se hace un planteamiento (enunciado) y de este se desprenden varias preguntas. (Guía de Orientación al Aspirante/presentación de pruebas escritas DIAN, página 5).
Quienes conversaban en voz alta reclamaban que, adicional a que las preguntas de tributaria fueron muy pocas, uno de los enunciados hacía referencia a un pliego de cargos y a la vez de un requerimiento especial, pero que según ellos tal planteamiento estaría mal formulado, pues no estaría acorde a lo estipulado en el capítulo de sanciones del Estatuto Tributario ni de los procedimientos de la Dian. Habría que revisar tal pregunta.
Lo que a mi juicio le faltó a quienes hacían los comentarios y tuve la oportunidad de preguntarle a varios, ninguno solicitó al monitor del salón que le entregara el formato de preguntas ambiguas, donde pudieron haber dejado las observaciones o inconformidades. Vaya a saber ahora qué respuesta dará Areandina y la Sergio Arboleda a la CNSC ante las posibles reclamaciones o tutelas que de seguro vendrán.
Si bien es cierto que la función de la entidad nacional tiene 3 pilares fundamentales que son tributaria, aduanera y cambiaria, queda la duda del por qué muchos participantes se siguen quejando de un supuesto alto porcentaje de preguntas orientadas al proceso de obligaciones aduaneras y cambiarias, dejando una mínima porción a los temas tributarios.
“Este concurso tampoco benefició a los funcionarios de la Dian que también participaron. Solo una minoría y los que trabajan en puertos conocen el tema aduanero y cambiario al detalle y muchos no estaban preparados”, fue otro de los comentarios.
Lo único seguro es que la CNCS debería revisar con las universidades contratadas los reclamos arriba mencionados, así como otros factores como la calidad del material entregado.
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