Cuando los trabajadores de la parroquia Cristo Redentor, en el barrio San José, del municipio de San Marcos, regresaron en las últimas horas a sus labores de arreglo de las torres, se percataron de que las campanas del templo habían sido robadas.
Los instrumentos estaban a un lado del altar, pues habían sido bajados para las refacciones al templo.
El padre Adolfo Mejía, encargado de la parroquia, explicó que cada campana pesa entre 6 y 10 kilos y que los responsables del hurto ingresaron al parecer por una de las torres.
El sacerdote explicó que más allá del valor monetario, las campanas tienen un valor histórico, cultural y espiritual para los católicos y no católicos de la población.
El párroco denunció el hecho ante las autoridades, que buscan los instrumentos para devolverlos a donde pertenecen. Para ello han revisado videos de cámaras de seguridad de la casa cural.
Las campanas son de gran valor para la comunidad, porque son utilizadas para distintos actos, principalmente la eucaristía.
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