Un viejo y reconocido dicho popular reza: «Todo chorro termina en gota». Es una manera coloquial de parafrasear la entropía, segunda ley de termodinámica o, también, se puede ver el refrán como un chiste cruel y de mal gusto para los prostáticos.
Del chorro o, mejor, de los chorros a los que me refiero, son los que existen en Cuenca, corregimiento del municipio de San Marcos (Sucre). Cuenca quizás sea el corregimiento menos conocido por los habitantes de San Marcos. Razones hay, se encuentra a 36 kilómetros de la cabecera municipal. Sin embargo, llegar hasta allá en periodos de lluvias tarda más de 3 horas, y en sequía más o menos una hora, dependiendo del estado de la vía.
En los tiempos en que el transporte fluvial comunicaba al río San Jorge con sus caños y ciénagas, Cuenca era un sitio importante y concurrido para el comercio y para la pesca del bajo San Jorge, junto con pueblos olvidados, como Las Flores, Cintura, Cecilia, La Florida, Carate y otros no menos importantes. Este brillo comercial de estos pueblos rianocienagueros se fue apagando paulatinamente con la construcción de vías y del transporte terrestre, de igual modo, la disminución de la pesca fue mermando su atractivo comercial.
Cuando digo que Cuenca es el corregimiento menos conocido de San Marcos, lo aseguro, pues, como sanmarquero, lo vine a conocer hace muy poco, era el único corregimiento del municipio que no conocía. En todo este tiempo no hubo ni conocido que viviera allá o alguien que me invitara a una Semana Santa o a jugar un partido de fútbol o a tour en bicicleta, nada de eso. Solo tuve una curiosidad durante todo este tiempo, fue conocer el cabildo de Santo Domingo Vidal, que se encuentra cerca de Cuenca, pero, cuando ya iba en camino hacia allá, cambiaron el lugar de reunión, por lo que me tocó postergar la visita.
Todo este «bla bla bla» es para hablar de los chorros de Cuenca, ese nombre que recibe porque está a orilla del cuenco de la ciénaga de Cuenca. Es que, literalmente, así parece, un cuenco, cuando estás llegando allá sientes eso al momento de bajar la última loma y ves la inmensa ciénaga. Pero lo más sorprendente es que a orilla de la ciénaga hay dos chorros botando agua eternamente. Hasta el momento nadie sabe en Cuenca cuándo comenzó, cuentan que la señora Primitiva Bohórquez (q. e. p. d.), que alcanzó vivir 115 años y todos vividos ahí, al igual que su ascendencia, no pudo saber nunca del inicio de los chorros ni por parte de su madre ni mucho menos por sus abuelas maternas y paternas, las cuales alcanzó a conocer.
Es que por debajo donde están los chorros, pareciese que pasara un río subterráneo que se comunica con la ciénaga pero que antes de llegar rompiera la capa de suelo como una especie de géiser, pero este, de agua fría y cristalina. Con el tiempo la comunidad ha construido con tubos de cemento y plástico una estructura a manera de surtidor para así dirigir mediante mangueras el agua a sus casas, sin embargo, ya abastecidos del preciado líquido, tienen que seguir viendo el derramamiento eterno del agua: parece que todo el agua del mundo se estuviera escapando por esos chorros. Ni las peores sequías que ha habido en la región han hecho que la intensidad y la cantidad de agua de los chorros disminuyan en un ápice.
Los chorros, además de surtir de agua a habitantes en verano e invierno, también son el balneario de las familias. Cada familia de forma organizada tiene un horario en que puede utilizar los chorros para el baño. Están tan habituados al baño en sus horarios que por el hecho de faltar una persona por fuera de casa en el tiempo para el baño, saben dónde ubicarla. Así fue que encontraron un muerto en el Chorro, pues había sufrido un infarto cuando se estaba bañando después de haber estado jornaleando, ahí lo encontró la familia tirado en el suelo.
Ojalá los chinos, japoneses y rusos no se enteren nunca de la existencia de Cuenca, pues su riqueza hídrica la convierte en un sitio geoestratégico por su potencial. Aunque para los cuencanos las guerras futuras por el agua les resulten irrisorias y graciosas, para una gran cantidad de personas en el mundo, el acceso al agua es un problema vital, más cuando en la actualidad son más frecuentes las sequías a raíz del cambio de climático, que marcará el presente y futuro humanidad.
Comentarios en Facebook