Aunque lo parezca, no es una manifestación liberal. De hecho, no tiene nada de político. El trapo rojo simboliza, simplemente, la falta de alimentos en un hogar, y sigue ondeando en el departamento de Sucre, pese a los mercados que han repartido la Gobernación y las alcaldías.
Comunidades de Don Alonso, en Corozal, y de Molongá, en Tolú, por citar casos recientes, han expresado su necesidad.
Desde Corozal nos escribieron vía Twitter para mostrarnos una protesta de habitantes que, también con cacerolazo, piden a gritos que miren hacia ellos.
Hay niños, mujeres y ancianos que le recuerdan al alcalde corozalero que hasta ahí fue él a pedir votos, y que ellos, ahora, le piden comida.
El paisaje, casas de bahareque que resisten a la par de los más vulnerables. Una imagen que se complementa sola.
Tolú
En Tolú también comparten la proclama del trapo rojo y le piden al alcalde que lleguen pronto los mercados para paliar la crisis.
En la zona rural dos carteleras resumen lo que viven: «Molongá presente. Tenemos hambre» y «Señor alcalde, dónde queda la palabra solidaridad».
La protesta fue con bloqueo de vía y sirvieron para ese fin los elementos con que en la vía una constructora delimita la zona intervenida.
Al margen de las ayudas locales, Sucre sigue esperando los mercados que anunció el Gobierno nacional. Mientras eso pasa, la bandera del hambre, sigue al rojo vivo.
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