Yeine Lin, otra fiscal de Sucre condenada; más de 9 años por el delito de concusión

Yeine Lin Hernández Arrieta, fiscal condenada por presunta corrupción. Foto de cortesía.
Angeles

A nueve años y 7 meses de cárcel fue condenada la fiscal 17 de Infancia y Adolescencia de Sincelejo Yeine Lin Hernández Arrieta.


La sentencia, emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Sincelejo, es por el delito de concusión, es decir, la conducta cometida por un servidor público que «constriña o induzca a alguien a dar o prometer al mismo servidor o a un tercero, dinero o cualquier otra utilidad indebidos, o los solicite».

La funcionaria ya sabía que sería condenada porque el Tribunal comunicó el sentido del fallo en febrero de 2020, solo esperaba la pena, leída este jueves (16.09.2021) en una audiencia virtual.

La condena será revisada por la Corte Suprema de Justicia debido a que Carlos Eduardo Flórez, defensor de la fiscal, la apeló.

El fallo impone también una multa de 87.45 salarios mínimos legales mensuales vigentes y una inhabilidad para ejercer cargos públicos por 96 meses, es decir, 8 años.

El Tribunal negó la suspensión provisional de la pena de prisión y la prisión domiciliaria, así como la pena accesoria de la pérdida del cargo en la Fiscalía.

Y es que esta última entidad había resaltado a los magistrados del caso que concusión es un delito que atenta contra la administración pública y que no tiene beneficios para aquellos que incurran en él.

El caso de la fiscal Yeine Lin se originó, según la sentencia, en que ella, en nombre de la entonces subdirectora de Fiscalías en Sucre, Farides Sáenz Sierra, exigió al alcalde de San Benito Abad, Manuel Cadrazco Salcedo, 60 millones de pesos para que la entidad no pidiera su captura por el delito de enriquecimiento ilícito.

Cadrazco afronta, precisamente, un proceso por ese delito y estando preso por esos hechos, en los que también está involucrada su esposa, fue elegido alcalde de San Benito Abad para un tercer período.

En Sucre la Fiscalía atraviesa desde hace años una crisis de ética y credibilidad generada en que fiscales e investigadores han terminado en enredos judiciales por presunta corrupción.

El pasado 2 de septiembre, por ejemplo, el fiscal Tomás Mier Sotelo fue condenado por hechos parecidos a los de la fiscal Yeine. Su defensa también apeló la decisión.

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