(Contenido facilitado por www.diocesisdesincelejo.org)
Palabra del día
Lunes de la XXIII semana del Tiempo Ordinario. Año II
Color verde
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,1-8):
Se sabe de buena tinta que hay un caso de unión ilegítima en vuestra comunidad, y tan grave que ni los gentiles la toleran: me refiero a ése que vive con la mujer de su padre. ¿Y todavía tenéis humos? Estaría mejor ponerse de luto y pidiendo que el que ha hecho eso desaparezca de vuestro grupo. Lo que es yo, ausente en el cuerpo pero presente en espíritu, ya he tomado una decisión como si estuviera presente: reunidos vosotros en nombre de nuestro Señor Jesús, y yo presente en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesús, entregar al que ha hecho eso en manos del diablo; humanamente quedará destrozado, pero así la persona se salvará en el día del Señor. Ese orgullo vuestro no tiene razón de ser. ¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ázimos. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así pues, celebramos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 5
R/. Señor, guíame con tu justicia
Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huesped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R/.
Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R/.
Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,6-11):
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo.
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie.
Jesús les dijo: «Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?»
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.
Palabra del Señor
Lunes de la XXIII semana del Tiempo Ordinario. Año II.
Después de tratar la cuestión de la división interna de la comunidad local, el apóstol aborda un problema de moral pública en la misma, problema del cual está enterado. Lo hace en tres pasos:
• Planteamiento del problema.
• Tratamiento en relación con el individuo.
• Tratamiento por parte de la comunidad.
1Co 5,1-8.
1. Planteamiento del problema.
Es un asunto de inmoralidad en familia, definido con el término πορνεία. Este puede referirse a la inmoralidad, en general, la prostitución, en particular (cf. 1Co 6,18), y la unión entre parientes prohibida por la Ley. Aquí se refiere a una unión ilegítima (cf. Lv 18,8): uno de ellos se unió a su madrastra. El asunto es reprochable tanto en la moral pagana como en la judía y, por supuesto, en la cristiana (cf. Hch 15,20). No obstante, algunos rabinos lo toleraban en el caso de paganos convertidos al judaísmo, y esto podría explicar la permisividad de la comunidad de Corinto, que no se sometía al derecho civil romano.
2. Tratamiento en relación con el individuo.
El apóstol toma la decisión de separar al individuo de la comunidad. Y la urge con energía a que se reúna en asamblea con el fin de que apoye esa decisión. Lo que quiere decir con «entregar a Satanás» se entiende por el uso de esa expresión en otra ocasión (cf. 1Tm 1,20), que significa que la persona es devuelta al «mundo» (la sociedad injusta), sacándola del seno de la comunidad cristiana («el reino»). El «dios de este mundo», enseña Pablo, es Satanás (cf. 2Co 4,4). Con esta acción, la comunidad declara que ese individuo se ha separado de la comunidad, a raíz de su conducta, y que ha vuelto al lugar que ocupaba antes. Lo que pretende el apóstol no es el rechazo definitivo de tal persona, sino hacerle sentir la gravedad de su falta para que la enmiende y, así, pida volver a la comunidad de salvación.
3. Tratamiento por parte de la comunidad.
La comunidad también necesita separar al escandaloso de su seno y hacer duelo por su causa, ya que se trata de un hermano muerto, porque así reconoce que ha admitido la inmoralidad en su interior, y que se volvió cómplice de la misma. Para explicárselo a la comunidad, Pablo recurre al mundo conceptual judío y desemboca en la concepción cristiana de la vida:
• Compara la corrupción con la levadura que, en su sentido negativo, es la hipocresía y la falsedad que corrompe lo que penetra y lo echa a perder (cf. Mt 16,6).
• Recuerda que la Pascua, fiesta de la liberación y de la alianza, se celebraba con panes ázimos, y sacaba de la casa los panes fermentados (cf. Ex 12,5).
• Así que, para celebrar la Pascua de Jesús Mesías, que es permanente y superior, han de expulsar de su seno la levadura de la corrupción moral.
El caso de la πορνεία es paradigmático, en cuanto implica corrupción que fermenta la comunidad («levadura»). La comunidad cristiana debe vigilar para no admitir la corrupción en sus miembros, porque se hace cómplice de la misma y también ella termina corrompiéndose. Todas las formas de corrupción, no solo las que tienen aspecto sexual, han de ser expulsadas de las comunidades. Sería hipocresía rechazar la inmoralidad sexual y, al mismo tiempo, permitir la inmoralidad en el ámbito de la vida pública, la corrupción social, política o económica.
Si tomamos en serio la comunión con el Señor, rechazaremos la corrupción. Y si la comunión eucarística nos merece por lo menos respeto, nos resulta totalmente incompatible con cualquier expresión de corrupción individual o colectiva, civil o eclesial.
Feliz lunes.
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