La última asamblea del año de la Mesa Sucreña por la Paz, conformada por organizaciones sociales de base y expresiones de fe como la Iglesia católica, terminó con una vehemente declaración sobre la gestión de la dirigencia política del departamento.
La agrupación se refirió, puntualmente, a los gobiernos departamental y municipal –este último entendido como Sincelejo–, a los que señaló de actuar con desidia ante «el hambre, la miseria y la desigualdad» que «golpean con dureza los hogares sucreños».
«[están] más preocupados por la elección de sus sucesores que por los problemas de la población», resumió la Mesa, que instó a las «diferentes dependencias de gobierno del nivel nacional, local y departamental» a generar espacios de encuentro y concertación con las expresiones de la sociedad civil organizada para «darle un mejor soporte e impacto al desarrollo de las acciones de búsqueda de la paz total».
Deterioro de la seguridad
La declaración también mostró su preocupación por los graves problemas de violencia y seguridad a causa de la «colonización» del territorio por el Clan del Golfo o Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
«Es una realidad irrefutable que amerita esfuerzos del conjunto de la sociedad en su solución», consideró la Mesa, que recordó que el departamento, desde tiempos pretéritos, es objeto de captura por grupos armados ilegales que han sembrado terror, zozobra y muerte.
«Los sucreños y sucreñas sufrimos las consecuencias de la violencia política agenciada por grupos guerrilleros y la violencia criminal ejercida por paramilitares vinculados con el narcotráfico, además de grupos de delincuencia común», añadió.
Apoyo total
La agremiación también mostró su apoyo a la política de paz total del Gobierno de Gustavo Petro e invitó a la sociedad a convertirse en agente promotor y multiplicador del proceso de negociación «en lo que esté a nuestro alcance».
«Como búsqueda definitiva para superar las violencias que afectan la vida, la seguridad y los derechos humanos de sucreños y sucreñas. Convocamos a la ciudadanía a movilizarse y a apoyar los procesos de negociaciones para hacer realidad la paz total. Así mismo, llamamos a dinamizar y fortalecer los consejos territoriales de paz, de derechos humanos, mesas de víctimas y demás espacios de organización y participación para movilizar diversos esfuerzos que hagan realidad el bien público más preciado de los colombianos y colombianas, la paz», concluyó.
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