Los asistentes vibran al son de un mestizaje musical, iluminado por un implacable sol de enero; el primer astado salió al redondel cuando los que no pudieron estar se levantaban de su siesta, o a diferencia de los que están en los palcos, estaban tomando, pero un buen sorbo de café.
Hoy, la monumental plaza Toro Bravo abrió sus puertas con una tímida asistencia, pero con desbordante alegría y pasión por una fiesta que en las últimas décadas va y viene como las mismísimas puertas de golpe.
En medio de la oposición de unos y la aprobación de otros, durante 6 días los amantes de las corralejas podrán confluir en los 1.976 metros cuadrados de entablados que más de 140 hombres construyeron durante 12 días.
Sincelejo se sigue consolidando como la capital del toro bravo y el epicentro de la corraleja más grande del mundo que desde hace varios años se construye a las afueras, vía a Sampués.
Las corralejas, uno de los eventos más esperados, se llevan a cabo en el marco de las Festividades del 20 de Enero o Dulce Nombre de Jesús, una fusión de belleza, arte, gastronomía, tradición y el encuentro cara a cara del hombre con la muerte en medio de lo que los defensores de esta manifestación consideran una muy buena tarde de toros.
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