Estudiantes de bachillerato, universitarios, maestros, mujeres víctimas de la violencia, organizaciones de la sociedad civil, movimientos políticos alternativos, miembros de parroquias y muchos otros sectores marcharon este viernes en Sincelejo para exigir respeto por la vida.
El recorrido partió de la avenida Sincelejito y se plantó frente a la Gobernación donde hubo reclamos al Estado por la falta de garantías para los líderes sociales.
Luego siguió hasta el Parque Santander donde hubo una concentración de los representantes de organizaciones civiles quienes se manifestaron públicamente en rechazo a la violencia.
También intervino el obispo de Sincelejo, monseñor José Clavijo Méndez, quien leyó un comunicado de los obispos para manifestar el «hondo dolor» por la violencia y alentar a defender la vida con valentía.
Franklin Donado Buelvas, presidente de la Mesa Sucreña por la Paz, recordó que en los últimos años Sucre ha ofrendado la vida de dos líderes, la de Ketty Vergara Meza, líder cívica, asesinada en mayo de 2018 en San Marcos; y la de Julián Quiñónez Oñate, líder comunal de Coveñas asesinado este año.
«Ha llegado el momento de que país reflexione, de que deje de ser un país enfermo. La corrupción carcome a todo el Estado, asesinan y violan a niños constantemente, asesinan y se tiene miedo hasta de sentarse en la puerta; ha llegado momento de que la ciudadanía salga y diga ‘Basta ya’.»
Estado ausente, «desidia criminal»
Donado calificó como un abandono y una desidia criminal la falta de apoyo por parte del Estado a quienes defienden el bien común y también reprochó que ningún representante del Estado haya marchado.
Solo lo hizo la Policía en función de su misión de acompañamiento.
Sobre la invisiblización por parte de las autoridades a la violencia contra los líderes e incluso la estigmatización, Donado sostuvo que al Gobierno no le conviene admitir responsabilidades.
«Lo que es ser padre y ser madre y ser líder no se estudia en la universidad, eso simplemente y llanamente llega y usted tiene que asumir la responsabilidad.»
Los organizadores calcularon más de 1.000 participantes.
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