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Cada año, antes de la Cuaresma y más en Semana Santa, las hicoteas son de las especies animales más sufridas por la acción humana.
Su carne es muy apetecida y no ha habido llamado de las autoridades que valga para evitar su caza y consumo.
Los operativos de la Policía y otras autoridades con competencia ambiental ya fueron intensificados para proteger a esta especie de la extinción.
Uno de los resultados es la captura en Betulia de Luis Eduardo Díaz Acosta, de 53 años, quien llevaba 58 hicoteas en dos bultos. Las transportaba en una moto.
Fue dejado a disposición de la Fiscalía por el delito de aprovechamiento ilícito de los recursos naturales renovables.
La hicotea habita en zonas cenagosas del norte de Colombia y Venezuela, y aunque muchos consideren que no es un crimen su caza, lo cierto es que es un delito ambiental.
El mal precedente de estos procesos es, quizás, que casi todos los capturados salen bien librados y el escarmiento es, más que todo, el susto de ser detenido por unas horas.
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