El 2018 pasará a la historia en el departamento de Sucre como el año en el que la prensa local sufrió sus más duros golpes.
Por un lado, se cumplió el primer año de la prescripción por el homicidio del periodista Santiago Rodríguez Villalba, de Radio Costanera, ocurrido en Sincelejo el 2 de febrero de 1997, al parecer por equivocación, a manos de desconocidos.
Por otro lado, y al momento de redactada esta nota, la conmemoración de los casi 21 años del asesinato del periodista Francisco Castro Menco, ocurrido el 8 de noviembre de 1997 en el municipio de Majagual.
Francisco fue ultimado a bala en su casa por desconocidos, presumiblemente paramilitares, de quienes antes había recibido amenazas y quienes le habían advertido de que cesara su defensa por los derechos de los campesinos de la región. Este crimen también prescribió en total impunidad.
Y entre tantas malas noticias, una más: este domingo 21 de octubre empieza la cuenta regresiva para que el homicidio de otro periodista sucreño engrose la lista de la falta de justicia: el de Rodolfo Julio Torres, de San Onofre.
sucrenoticias.com escribe este especial como una forma de visibilizar lo que pocas veces visibilizamos los periodistas: los hechos de violencia contra nosotros mismos, y de dar los últimos campanazos antes de que el polvo, el olvido y la falta de efectividad del Estado terminen de consumir los expedientes de estos crímenes.
Una carrera hacia la impunidad
El proceso por el asesinato del periodista Rodolfo Julio Torres ha estado dormido por muchos años, y rodeado de procedimientos casi que rutinarios. Actualmente, el caso está inactivo.
Fue un jueves, penúltima semana de octubre de 1999, cuando el comunicador dejó de existir. En el corregimiento de Berrugas (San Onofre), de playas que se conservan paradisíacas, y, para la época, poco exploradas, la noticia se convirtió en noticia.
Desconocidos irrumpieron en la casa de Julio, lo sacaron de esta y lo secuestraron. Su cadáver fue encontrado en la misma zona costera de San Onofre. Mientras los datos recopilados por la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) indican que lo hallaron en el vecino corregimiento de Rincón del Mar, la Fiscalía, en la respuesta a un derecho de petición que le dirigió sucrenoticias.com, sostiene que fue en Berrugas.
Julio había dedicado muchos de sus reportes a asuntos del gobierno local y la corrupción, como lo evidenció la Flip. Y tocó un tema todavía más espinoso… mortal. El extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) elaboró el 28 de agosto de 2000, 10 meses después del asesinato, un informe de inteligencia en el que relaciona la actividad del periodista con los móviles de su homicidio:
«(…) la zona donde ocurrieron los hechos, es de influencia de las autodefensas y según investigaciones desarrolladas el señor Rodolfo Julio Torres, al parecer efectuó unas denuncias por medio radial de los atropellos que estaban realizando las autodefensas con la ciudadanía, el procedimiento de estos móviles es propio de las autodefensas (sic)», señala la respuesta que nos entregó la Fiscalía.
De la víctima, quien trabajaba para Estación Fuentes, Radio Caracolí y El Meridiano de Sucre, la Flip encontró que había sido señalado como auxiliador de la guerrilla, asunto que no aborda el expediente, según se desprende de la respuesta que nos enviaron.
Una justicia muy coja
Los verdaderos móviles del homicidio solo los conoce su responsable. La justicia no sabe a ciencia cierta por qué asesinaron a Rodolfo. Su caso ha sido una muestra de la primera parte del viejo dicho «La justicia cojea». La primera, porque de la segunda, «pero llega», no se le puede aplicar.
La primera actuación significativa de la Fiscalía en esta investigación fue el 2 de noviembre de 1999. Ese día recibió las declaraciones juramentadas de dos mujeres.
Cuatro días después, la Fiscalía Primera Delegada ante los Jueces Penales del Circuito Especializado asumió el conocimiento de la investigación previa y ordenó la práctica de pruebas.
Y fue el informe del DAS una de las primeras que llegaron al expediente. Eso ocurrió casi un año después de esa orden.
La primera parálisis que sufrió este caso se presentó el 21 de septiembre del 2000, poco después del informe del DAS (que fue en agosto), cuando el fiscal a cargo ordenó la suspensión de la investigación previa y el archivo provisional.
Entre los anaqueles y, aunque parezca increíble, el proceso empezó su más cruel olvido: durmió diez años en el regazo complaciente de la Fiscalía.
Solo hasta el 19 de julio de 2010, con la llegada de Antonio Arrieta Rojas, fiscal segundo especializado, el caso vio un destello de esperanza. El funcionario resolvió, por un tiempo máximo de dos meses (nada compensatorios con los 10 años de parálisis), proseguir con la investigación. Si vencidos los dos meses no había hallazgos significativos, la Fiscalía emitiría una resolución inhibitoria. Pero si ocurría lo contrario, abriría una instrucción penal.
Aquellas dos mujeres que habían declarado el 2 de noviembre de 1999, fueron entonces llamadas a que ampliaran su denuncia. La respuesta que nos envió la Fiscalía deja en duda, como muchos otros de los puntos que le pedimos responder, quiénes son ellas en el proceso.
El 17 de septiembre de 2010, la Fiscalía entrevistó formalmente a un hombre y recibió el testimonio de otro. De estos, el informe tampoco permite concluir su importancia en la investigación.
¿Lo mataron las AUC?
Entre pocas e inconvenientemente interrumpidas diligencias de la Fiscalía para intentar hacer justicia, la versión libre de un jefe exparamilitar dio la primera luz sobre los responsables del asesinato: las AUC.
En una versión libre ante un fiscal de Justicia y Paz en Barranquilla, el 30 de junio de 2011, Uber Emilio Banquez Martínez, alias ‘Juancho Dique’ confesó su participación en el homicidio de un periodista en el corregimiento de Berrugas.
Banquez aseguró que la orden del crimen la había dado Rodrigo Mercado Peluffo, alias ‘Cadena’, exjefe del bloque Héroes de los Montes de María. Pero su declaración resultó ambigua, porque afirmó que el crimen había ocurrido en 1998, es decir, un año antes de que asesinaran al periodista.
Con todo y la imprecisión, el ente investigador ordenó abrir una investigación en contra de ‘Juancho Dique’ por los delitos de concierto para delinquir agravado y homicidio agravado, y, seguidamente, escucharlo en indagatoria.
La gran carrera contrarreloj para que haya justicia en este caso empieza este domingo. La última actuación de la Fiscalía fue el 11 de diciembre de 2012, cuando el fiscal segundo especializado revocó la apertura de la instrucción penal. Esa decisión dejó en suspenso la búsqueda de justicia por el crimen de Rodolfo, y deja en el aire una pregunta que es inevitable hacerse: ¿Logrará el Estado en 365 días la justicia que no ha podido en 19 años? La cuenta para que el caso prescriba ya empezó a correr.
(Vea a continuación una línea de tiempo desde el homicidio del periodista hasta la última actuación de la Fiscalía en el caso)
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