Los resultados de la votación para la consulta anticorrupción en Sucre muestran un pobrísimo porcentaje de participación ciudadana: 23%.
¿Dónde quedaron los votantes de Sucre para esta decisiva e importante consulta? Veremos en las redes sociales a muchos criticando la corrupción. No tenemos autoridad moral para ello, pues fuimos indiferentes al llamado a las urnas.
La consulta anticorrupción, la promoviera quien la promoviera, era una forma de expresarse con contundencia en contra de los corruptos, de quienes se roban el erario, de quienes más culpa tienen sobre la pobreza.
Ellos, sí, los corruptos, representan al sistema que oprime y excluye a quienes quedan sin oportunidades. Ellos, sí, los corruptos, son una vergüenza social que manda en cuerpo propio y en cuerpo ajeno.
Como sociedad rechazamos a quienes toman la política por negocio y la mercantilizan en desmedro de quienes esperan que el Estado les tienda la mano.
¿Nos hemos preguntado qué responsabilidad tienen sobre los suicidios en Sucre aquellos que se robaron la plata para las enfermedades mentales?
La corrupción no es un baladí, es una realidad dolorosa y mortal. Teníamos una oportunidad de pronunciarnos para medio derrotarla y la desperdiciamos.
En Chalán, municipio de los Montes de María, solo votó el 10%. Sí, no es broma, el 10%. Y eso que esta población sufrió en anteriores mandatos un duro revés por parte de corruptos que se apropiaron de dineros del municipio.
Es hora de asumir una postura de seriedad ante la realidad del país. Quedarse en la casa no es una forma de expresarse. Ir a la urna y depositar el voto, así sea en blanco, sí lo es.
Como sucreños debemos cuestionarnos. Reforzamos con nuestra pobre votación una imagen de votantes clientelistas que, difícilmente, nos quitaremos de encima.
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