Lo ocurrido este fin de semana con el equipo Boca Junior de Sincelejo ante Expreso Rojo es una muestra de lo hondo que ha calado la desmotivación en los deportistas de nuestro departamento.
La falta de inversión en este sector por parte de los dirigentes locales tiene efectos directos en el ánimo de los deportistas. BJ perdió este fin de semana.
Lo ocurrido con los presididos por Álvaro González no es un mal particular. Todas las ligas deportivas de Sucre, agrupadas en Asoligas, están pensado en desistir de su participación en los Juegos Nacionales por falta de dinero.
Un Inder Sucre con un director que renunció, pero al que no le han buscado reemplazo. Un Imder Sincelejo que poco se mete la mano al bolsillo y un sector privado incapaz de patrocinar son los padecimientos del deporte sucreño.
Lo peor de todo es que ha bajado el recaudo de rentas por concepto de licores, vinos y aperitivos, de donde se nutre el deporte, y eso desmejorará la inversión que puedan proyectar los institutos públicos deportivos.
¿Solo cemento en Sincelejo y Sucre? ¿No hay lugar al desarrollo humano a través del deporte? Los gobernantes deben entender que, como expresó el párroco de la catedral este domingo en la misa de 5:00 de la tarde, la excusa no es que «no hay plata», pues se les eligió para saber administrar. «Y cuando no hay plata, es porque no saben administrar. Cuando se administra bien, alcanza y sobra».
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