Después de dos años de formación humana y de emprendimiento, 46 jóvenes del departamento de Sucre presentaron este jueves 5 de diciembre su experiencia.
Son nativos de los municipios de Toluviejo y San Onofre, donde han puesto en marcha 44 iniciativas de negocio que ya han generado $200 millones.
Lo anterior fue posible luego de que recibieran un apoyo económico de Surtigas y Promigas a través de las fundaciones homónimas de cada compañía.
María Claudia Trucco, directora de la fundación Surtigas, explicó que los proyectos llegan a las comunidades e invitan a los jóvenes que quieran participar.
Surtigas y Promigas pusieron a consideración el programa ‘Jóvenes con valores productivos’, mediante el cual aprenden tres aspectos principales.
«El ser: nos interesa formar jóvenes que tengan claridad de cuál es su proyecto de vida, pero también que tengan claridad que tienen que ser buenos ciudadanos, que participen en los procesos de juventudes, que participen en la construcción de su territorio y en lo que pasa alrededor de él».
Trucco aseguró que no es solo tener un negocio porque puede que el municipio de residencia de cada joven no tenga las condiciones que les brinda la democracia.
«Les acompañamos cuando ellos definen qué negocio quieren hacer, les acompañamos en una formación técnica, específica en lo que quieren hacer y que a lo mejor muchos de ellos ya venían realizando con sus familias esas actividades; y lo tercero, los acompañamos en el hacer, entregándoles activos a cada uno de los emprendimientos que, en promedio, por cada negocio son 3 millones de pesos».
La compañía también incluye un primer ejercicio de ventas, que permite llevar cuentas claras y entender cómo se hace el negocio.
Las áreas en las que emprendieron son servicios, agricultura, venta de comidas y ganadería.
Los jóvenes beneficiados se dieron cita este jueves en el auditorio de la Cámara de Comercio de Sincelejo para clausurar su experiencia.
Yaizari Mercado Santos, del corregimiento Cañito, de Toluviejo, formó parte del proyecto y también está vinculada a la plataforma juvenil de su localidad.
Su idea de negocio es un salón de belleza que montó y se apoya en una ayudante. En él ofrece servicios de cepillado, planchado, queratina, rayitos, mechas localizadas, perfilación de cejas y corte de cabello para caballeros.
Nunca antes se había capacitado y gracias al proceso logró potenciar sus capacidades.
Ella recibió un incentivo económico para comprar los materiales necesarios. la joven confiesa que tenía la idea, pero el dinero para hacerlo realidad.
Antes dependía totalmente de sus padres en lo económico, pero hoy, con su mamá como empleada única después de ella, aprovecha la temporada decembrina para generar ingresos.
Su sueño es generar más empleo y expandir su negocio en la medida que este lo permita.
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